No interesarse realmente por el problema de la muerte es ignorar el propósito de la vida. El estudio de la muerte puede enriquecer en gran medida una fértil filosofía de vida. Este estudio puede hacer de nosotros los exponentes de una nueva manera de vivir. No significa que vayamos a ponernos sombreros y túnicas y vayamos por las calles llamando la atención con medallas o símbolos. Significa que en consciencia llegaremos a desenvolver una nueva manera de experimentar la vida. La palabra filosofía significa Amor a la Sabiduría. La Sabiduría es la expresión de la verdad, de la realidad entendida por el ser humano. Con este estudio se busca la generación de nuevos puntos de vista, nuevas actitudes y una manera de enfrentar todos aquellos acontecimientos relacionados con el cambio, la transformación y la muerte desde una perspectiva completamente renovada. Podemos llegar a convertirnos en Filósofos de nuestra propia existencia. ¿Qué es la muerte? Es algo que no es. Fundamentalmente, un espejismo. Cuando vamos por la carretera, en el asfalto, sobre todo cuando hace mucho calor, a veces se pueden ver unos charcos, como si el asfalto estuviera lleno de agua. Cuando nos vamos acercando, el agua desaparece. Eso es un espejismo. Reflejos de reflejos. Siempre hemos escuchado o nos hemos reído de esas viñetas humorísticas en las que un hombre perdido en el desierto ve un oasis, pero pronto descubre que el oasis no existe. Se trata de algo que no existe donde se cree que está. De hecho, un espejismo es la imagen de algo que está en otra parte. La muerte no es real, es un espejismo. Esto es lo que debemos aprender. Solo es una imagen. La humanidad común entiende que el individuo, al fallecer, ha terminado. La enseñanza expone lo contrario. Simplemente se produce la ilusión de que desaparece. Debemos desenvolver una real, verdadera y aguda percepción de lo que está ocurriendo. Dijo un Maestro “La muerte se relaciona con el ser Divino que a través de la vestimenta se expresa.” Esta frase es la esencia que debemos aprender y experimentar. Un ser en una vestimenta. Si nosotros nos sacamos la vestimenta, podemos decir “estoy desnudo” o “medio vestido”, pero nunca diremos “he dejado de existir”. Seguimos siendo, tanto si voy vestido de blanco como de negro, con sombrero o sin sombrero, tanto si voy desnudo como si voy muy abrigado. No, no dejamos de existir. Seguimos...